El amor es un rayo de luz indirecta, una gota de paz, una fe que despierta, un zumbido en el aire, un punto en la niebla, un perfil, una sombra, una pausa, una espera. El amor es un suave rumor que se acerca, un timbre a lo lejos, una brisa ligera, una voz en la calma, un aroma de menta, un después, un quizá, una vez, una meta. El amor va brotando, entre el aire y el suelo, y se palpa y se siente y hay quien puede verlo, y hace que te despiertes y pienses en él, y te llama despacio, rozando tu piel.
Vuelvo. Más bien lo intento. Prometo que lo conseguiré. Este blog ya era antes así. Tampoco hay de qué extrañarse. Lean. Salgan. Disfruten. Suden. Hagan todo lo que les apetezca como si no existiesen las redes sociales. Vivan y luego cuéntenlo. No les resultará difícil. Antes, como este blog, ya eran así. ¿Qué les ha hecho cambiar? ¿Qué les ha llevado a ser como nunca pensaban que iba a ser? No es más que la evolución. El constante devenir. Nada contra lo que podamos luchar. No piensen tanto. Yo prometo no hacerlo. Me cuesta, pero lo prometo. El amor te hipnotiza, te hace soñar, y sueñas y cedes y te dejas llevar…