En esta ciudad que cada día es más pequeña, dónde sucede lo mismo una y otra vez, es difícil relacionarse y más hacer amigos, y los pocos que se tienen cuestan de mantener. Cruzo los dedos para que no me falles tú también. Ahora que parece que todo está dormido y todas las emociones se perdieron ayer, en este momento de bostezo reprimido rezo por un sobresalto que me obligue a responder. Por favor, sorpréndeme…
‘Cruzo los dedos, Doble pletina.