«¿Qué es el éxito?», me pregunto. La verdad es que no sabría decirles. No tengo ni la más remota idea. ¿El éxito es dedicarse a lo que uno quiere? Imagino que para serlo debería incluir una buena remuneración, un reconocimiento público y privado, una alta cota de satisfacción y la capacidad de poder vivir sin problemas. Y aún con todo eso, no sabría decir si se trata de éxito o no. Yo ya les adelanto que no tengo ninguna de esas cosas, por mucho que la gente crea, o pretenda hacer creer, que es mi caso. Ay, ¡qué poco me conocen tras más de ocho años contándoles mis cosas! El que haya prestado un poco de atención durante este tiempo habrá aprendido que nunca voy a ningún sitio, que no me dejo ver ni tengo intención de hacerlo, que me paso la vida quejándome -aunque trato de hacerlo menos- y que mis condiciones de vida distan mucho de ser perfectas. ¿Significa eso que uno no pueda ser feliz? Pues claro que no. La tristeza y el fracaso no siempre van de la mano. Por el momento voy a ponerme el disco de Lana del Rey, a meditar sobre eso de que estaría mejor si hubiera muerto ya y a disfrutar de esta sesión producida por Smoda en un acto sin parangón dentro de las publicaciones semanales españolas. Pero ellos tiene éxito y yo, desde luego, no.
Una de mis profesora de danza, que ahora mismo es una de las más importantes de España, siempre me ha dicho que lo único que hay que hacer es trabajar, disfrutas y seguir trabajando en eso que te gusta, no hay mayor éxito que no tener que preocuparte por él, siendo feliz el resto da igual.
Creo que el verdadero éxito es disfrutar con lo que uno hace. Puedes estar en un trabajo que no te guste, pero fuera puedes tener una vida completa y haber hecho cosas que, para ti, te hacen sentirte realizado. Pero, a saber…
Yo creo que para ser feliz debes hacer o dedicarte a lo que te gusta, y el secreto del éxito (o para tenerlo) es que te guste lo que haces.
Son dos cosas que van unidas.
En lo que estoy en contra (o no muy de acuerdo) es en lo de quejarse.
No debería hacerlo señor Confuso (ni usted ni nadie) pues creo que no tenemos derecho, es un acto egoísta que nos hace vulnerables y entre otras cosas, no sirve de nada.
Si una cosa no nos gusta, antes que quejarnos, debemos cambiarla… y si encima, nos sale bien, habremos tenido éxito.