¿Han encontrado ustedes el amor? ¿Son esos solteros exigentes que se apuntan a Meeting como reza el anuncio? ¿Son del tipo más conformista y solo quieren algo caliente que llevarse a la cama? ¿Buscan el amor con sexo? ¿El sexo con amor? ¿Ni uno ni otro? ¿Todo lo contrario? ¿Creen que los cuentos de príncipes azules hace mucho que pasaron y que la realidad es mucho más variada y arriesgada? ¿Tiran de fotografía con poca ropa y mucho filtro? ¿Les funciona? ¿Necesitan consejo para seducir al hombre de su vida? ¿Tienen miedo a dejar el destino en sus manos y necesitan otras para que tomen las decisiones? ¿Están dispuestos a poner las cartas sobre la mesa, los puntos sobre las íes y los palitos de las tés? Pues aquí han encontrado su lugar.
Desde que entré en el mundo de las redes sociales, me he convertido en una especie de asesor del amor -como Tamara Gorro pero menos moreno, como Bárbara Rey pero más joven- y ofrezco mi sabiduría a todo aquel que llama a mi puerta. Y les puede asegurar que son muchos. Sin comerlo ni beberlo, me encuentro escuchando -leyendo- pacientemente todas las penas de aquellos que dicen ser seguidores míos y yo, desde luego, lo hago con gusto. Cuando uno tiene problemas, no hay nada como que un ente virtual te haga un poco de caso. Ellos vienen, me explican sus problemas, los motivos de su tristeza y yo les doy mi opinión. Evidentemente, no tienen que hacerme caso. De hecho, esa sería la opción más sensata. Pero algunos de ellos parece que lo hacen y no se arrepiente. O si lo hacen, tienen la decencia de no venir a contármelo. Otros no sé si lo hacen o no, pues cuando las cosas ya les van bien, desaparecen y buscan otros hombres que escriben para contarles sus alegrías. Yo solo inspiro tristezas. Está visto.
Así que con este currículum que me he hecho durante los últimos años, he decidido institucionalizar el consultorio confuso-sentimental para personas que no tienen amigos. Aquí pueden acudir y formular su consulta a través de un mensaje privado. Yo, como hace la vidente Tangina, seleccionaré las más entretenidas e iré dando mis respuestas. Y no sean parcos en palabras, que les conozco y sé que les gusta menos escribir que ver un reality sin tuitearlo. Tómense su tiempo, reflexionen y dejen que este hombre confuso les oriente un poco en sus decisiones. Háganle caso a toda esta sabiduría. Otros lo han hecho y no les ha ido peor. ¿Se atreven a probarlo?
Ahora me siento culpable.
No digas eso… ¡¡Sabes que también estás para algunas alegrías!!
Fan del consultorio confuso.