Hoy le he hablado a Verushka del hirsutismo masculino que nos gobierna. De las barbas, de las piernas sin depilar, de las camisetas de tirantes para lucir axila, de los pectorales, de todo. Ella me ha dicho que es una moda, que pasará como ha pasado todo, que ella sabe de lo que habla y yo, claro, tengo que decirle a todo que sí. No sabéis como se pone cuando alguien le lleva la contraria. Y más vale que no lo sepáis. Luego me ha dicho que iba a hacerse una sesión homenaje al hirsutismo y ha empezado a sacar pelucas y postizos. He estado media mañana haciendo trenzas de distintos tamaños y buscando desesperadamente a un peluquero profesional para que la ayudara. Yo me he ofrecido pero solo he obtenido una risa por respuesta. Al final, y viendo que nadie trabaja en domingo, se ha tenido que apañar ella sola. Se ha rodeado la cara de trenzas y se ha hecho las fotos. Me ha mirado fijamente y me ha dicho: «Recuerda esta fotografía porque va a ser mítica». Y sin darme tiempo a responder, se ha dado la vuelta y se ha marchado a tomarse un vermut, sin quitarse las trenzas ni nada. Y eso es lo que haría Verushka hoy.
YO TAMBIÉN QUIERO SER AMIGO DE VERUSCA Y QUE ME MALTRATE ASÍ.