En un día como hoy, tranquilo y apacible, un día de descanso entre tanta vida frenética, Verushka trataría de quedar con alguna de sus amigas, antiguas modelos venidas a menos y reconvertidas en actrices o empresarias, diseñadoras que vieron su carrera estancada y se pasaron al mundo de la televisión, editoras de grandes revistas que fueron eclipsadas por redactoras más jóvenes y con mejores pechos, vamos, sus amigas de siempre. Les mandaría divertidos mensajes invitándolas a su casa para tomar una copa y celebrar la llegada del buen tiempo, pero ninguna atendería sus deseos. Le pondrían excusas relacionadas con los hijos, la familia o, directamente, la resaca, y claro, eso a Verushka le sentaría bastante mal, así que, ni corta ni perezosa, se pondría uno de sus modelos veraniegos favoritos, el blanco con manchas de barro, y se marcharía al desierto, a buscar la paz interior y descargar la rabia que esas impresentables le habrían generado. Nada como el desierto para volver a respirar tranquila. Eso es lo que haría Verushka.
ya sé de dónde han sacado las egoblogger lo de posar en las vías del tren, de la Verus, si es que era una coolhunter.