Pensaba titular este post «El día que encontré a Martina Klein en el cajón de los calzoncillos» y hacer un buen speech sobre lo importante que es tener un buen agente que mueva tus apariciones y, sobre todo, que sepa cuando debe parar un poco. Entiendo que uno debe aprovechar los momentos, sacar el máximo partido de situaciones que son temporales por si mismas y que más vale pájaro en mano que ciento volando, pero no puede ser que una única persona protagonice todos los anuncios que existen ahora mismo en televisión. Si ustedes son, como yo, animales televisivos, que disfrutan estando informados de lo que pasa, investigando los nuevos formatos y criticando el poco ingenio de los directivos de programas españoles, sabrán que no pasa más de un minuto entre que encienden el televisor y aparece Martina Klein. ¿Convertirte en la persona más pesada del país es bueno para tu imagen? Pues debe ser que sí y soy yo el que no se entera de nada. Aún así, voy a hacer un llamamiento: si alguien conoce al agente de Martina, por favor, que la dejen descansar un poco. Ella lo agradecerá y nosotros también.
La foto que ilustra el post, evidentemente, no tiene nada que ver con el texto pero no pensarían ustedes, queridos lectores, que iba a poner una foto de Martina, ¿verdad? Hasta ahí podríamos llegar.
pues ten cuidao que un día zapeando te la encuentras contando chistes ¡¡¡chistes!!!