Está claro, cualquier excusa es buena para convertir una editorial en un set de portadas intercambiables, intentando buscar originalidad, coleccionismo, personalización, aún teniendo claro que ya resulta imposible conseguir ninguna de las tres cosas con el panorama editorial que tenemos por delante, al menos en este tipo de publicaciones. Si ayer era W, hoy es I-D, que ha reunido a un buen plantel de modelos para que todos, al final, terminemos compartiendo la misma fotografía en nuestras múltiples redes sociales (debe tenerse en cuenta que aquí no están todas y que muchas son bien tremendas). Pero claro, a mi si me ponen a una Stephanie Seymour bien cardada y a una Linda Evangelista rubia platino, ya me han conquistado… Soy un chico fácil.