Mataría (sí, mataría) para que la ropa me quedara tan bien como a David Gandy. Aunque creo que para esto tendría que recurrir, directamente, a pactar con el demonio. Y no crean que no lo intento, a base de conjuros y ofrendas he conseguida ya unos preciosos ojos azules. ¿Algún joven visitante de este blog que quiera donar su virginidad para esta hermosa causa?.
Joder, que buena percha.
Un saludo.