Y cuando menos os lo esperéis, volveré. Cómodamente sentado en un trono dorado, rodeado de cientos de admiradores desnudos, tumbados a mis pies. Fieros leones velarán por mi vida, oscuros pájaros cubrirán el cielo, truenos y rayos anunciarán el momento. Los ríos se volverán rojos como sangre, hordas de langostas invadirán la tierra, el silencio caerá sobre la humanidad. Un brillante rayo de luz atraerá todas las miradas hacia mi, el tiempo se detendrá, los corazones dejarán de latir y entonces, con voz fuerte, proclamaré mi reinado.
¡Larga vida al Rey Confuso!