Una voz fría me indicaba que era mi turno. Con paso lento me adentré en el halo de luz, tembloroso, esperando a ser fulminado por los ojos de las esfinges azules, pero entonces, nada ocurrió. Me acomodé dentro del pequeño círculo de calor, viendo como el mundo se volvía oscuro, como desde ese preciso instante, sólo existía yo. Desaparecieron los nervios para dejar paso a una tranquila impaciencia. La voz fría ordenó que me desvistiera, obedecí sin cuestionar, revelando a la oscuridad lo que mucha gente había imaginado, la verdadera naturaleza del hombre confuso…
—
Foto de Benjy Russell
Hombre confuso estudia anatomía masculina a través de tu propio cuerpo, tu cuaderno de notas mas cercano, mas accesible, y ya no mas autocensurado
Has empezado fuertecito la cuesta de enero. ❤