Hoy me he levantado con ganas de reivindicar, de poner en primera plana una cuestión totalmente ninguneada por la sociedad. Y cuando digo «primera plana», me refiero a este blog que, en el fondo, es como el pequeño periódico que todo microcosmos debe tener.
Durante décadas hemos sido aleccionados sobre las dificultades que debe afrontar todo ser humano cuando deja atrás la infancia para adentrarse en el mundo de los adultos. Nuevas experiencias, cambios corporales, sensaciones extrañas, unos años rodeados de un olor a responsabilidad nada agradable. Todo este proceso siempre se ha visto materializado en un único hecho, la primera regla. Ni el crecimiento de los pechos en las niñas ni la aparición de vello facial en los niños, no, no, el paso trascendental de la infancia a la madurez es la primera regla. Pero, ¿qué pasa con los hombres?.
Desde este humilde blog, muy preocupado por la figura del hombre, reivindicamos la primera eyaculación como hito en el crecimiento masculino. Un hecho íntimo, silencioso, poco compartido pero no exento de sorpresa y, en algunos casos, de preocupación. Un acto condenado a terminar perdido en la memoria pero crucial en la juventud de todo adolescente masculino. ¿Acaso Pancho y Javi no merecían un episodio mítico en Verano Azul como el de Bea y la regla?.
¡Hombre del mundo! Bueno… ¡Hombres lectores de este blog uníos a la causa! ¡Compartid vuestras experiencias y propagad la revolución!.
Fotos by Ignacio Lozano.
yo me acuerdo perfectamente de «esa» primera vez. Como si fuera ayer. Todo, el atrezzo que me rodeaba, la hora y, sobre todo, lo que me costó llegar…
publicaciones como esta me recuerdan la razón por la que me suscribí un día a tu blog…jeje. Sin duda, la primera eyaculación merece su sitio en la historia, y usted lo ha contado muy bien.