Cuando me estaba comprando las medias negras para hacer una portada del Interviu, me doy cuenta que el momento ha pasado, que la historia avanza más rápido que mis neuronas y que, aunque lo intente, nunca consigo estar a la moda! Ahora resulta que taparse las terelus es cosa de ayer y hoy toca pasearse con una bolsa enorme, de estampado colorido, que reza Versace for H&M. Entonces es cuando debería plantearme si acampar delante de una multinacional para conseguir ropa lowcost deluxe es necesario, pero claro, uno es prudente y no quiere parecer el eterno quejica sensato, una figura nada bien vista en la actualidad. En lugar de la reflexión opto por permanecer atento, intentando coger el tren del modernismo antes de que él me deje a mi. Aunque, sinceramente, empiezo a sospechar que mi reloj lleva retraso…
A todo esto, qué felicidad respiro en el ambiente desde que el twitter desapareció de mi vida. Verse fuera de la lluvia interminable de twits cada vez que un pequeño acontecimiento revoluciona el mundo, desde luego, no tiene precio.