Las estadísticas de mi blog no mienten. Y si lo hacen, no importa, me las creo a pies juntillas. ¿Quién soy yo para contradecir su verdad?. ¿Acaso sabré yo más que un programa diseñado específicamente para ello?. Lo dudo. A lo que iba. Desde ya hace mucho tiempo no hay forma de desbancar a David Gandy ni del top de entradas más vistas ni de los términos más buscados para llegar hasta aquí. Cosa que de la que me alegro, y no sólo por mi devoción por David, sino también por las miles de personas que buscando fotos desesperadamente, se encuentran con este olimpo de hombres que seguro que son de su agrado. No hace falta que me den las gracias. Es un servicio social que hago desinteresadamente.
Pero no crean que esta corrente multitudinaria ha cambiado mis objetivos y proridades. Todo lo contrario, mi muro de grandes pecadores no muta, simplemente se expande. Y aquí siempre hemos sido fieles a Jon, lo somos y lo seguiremos siendo. De hecho, de hecho… Bueno, ya se enterarán.