Por fin ha terminado la Cibeles Madrid Fashion Week -cuyas siglas en mi cabeza se mezclan con las de Clothed Female, Naked Male y termino excitándome un poco, pero eso ya es cuestión mía- y digo por fin, porque ya empezaba a sentirme un poco cansado… La era del twitter ha contribuido a mejorar muchos aspectos, como la capacidad de síntesis de grandes pensamientos en 140 caracteres, pero claro, no todo en esta vida son ventajas.
Resulta absolutamente agotador que cualquier evento colapse todos y cada uno de los twits que aparecen en la pantalla. Y ya no importa si estamos hablando de la final de Supervivientes, la boda de Guillermo de Inglaterra o un partido Barça – Madrid, todo consigue alcanzar, sin esfuerzo, su minuto de gloria virtual. Yo, iluso de mi, pensaba que en mi pequeño mundo era lógico y normal que el estreno de La piel que habito despertara interés, pero ver mi timeline inundado de gritos eufóricos con cada gol… para eso no estaba preparado.
Con Cibeles me ha pasado un poco igual. Me resulta interesante poder consultar al minuto cualquier opinión, fotografía o comentario sobre los desfiles, incluso de personas con las que no comparto ninguna afinidad, pero no soporto que año tras año sigan reinando los «odio cibeles (pero voy todos los días)», «esta pasarela es lo peor (pero muero porque me inviten)» o la versión «me duelen muchos los pies por haber estado todo el día en Ifema (pero mañana vuelvo aunque me los tenga que arrancar a mordiscos)». Por favor, uno poco de originalidad.
Y aquí, voy a hacer un llamamiento, que ha pasado mucho tiempo desde el último. Queridos lectores, desde el blog confuso recomendamos no asistir a aquellos eventos que no nos interesan, en casa está uno mucho mejor. Dejemos de regodearnos en nuestra propia mierda y disfrutemos de la belleza de Antonio Navas. Gracias.
En la foto, Antonio Navas vestido de María Escoté. Pronto, los cuerpazos que sacó Carlos Díez… uf.