Lo peor que puedo pasarle a Romy Schneider fue que Sissi se cruzara en su camino. Entre rizos y cancanes su imagen se convirtió en un cliché, transformándose en la encarnación de la emperatriz para el gran público. Pero detrás de toda esa parafernalia edulcorada se encontraba una mujer sensual, perturbadora y compleja, con una vida repleta de tragedias.
Abandonó Alemania de la mano de Alain Delon, trabajó con Visconti, Orson Welles y Claude Chabrol, ganó dos Césars y otro honorífico en 2008. Estuvo casada en dos ocasiones y tuvo un hijo, que falleció a las 14 años, tratando de escalar una verja. El alcohol y los barbitúricos intentaron mitigar la pérdida de su hijo pero no lo consiguieron. En 1982 la encontraron muerta en su apartamento de París, con sólo 43 años…
¿Qué hubiera sido de Romy ahora?. ¿Reinaría en el olimpo de las estrellas?. ¿Viviría retirada en París?. ¿En su Alemania natal?. ¿Hubiera coprotagonizado 8 mujeres de François Ozon?. De hecho, aparece.
En las imágenes, pruebas de cámara de L’enfer, película que nunca llegó a terminar debido a un ataque al corazón del director. Años después, Claude Chabrol compró los derechos de la película para rodarla con Emmanuelle Béart.
Adoooro esas imágenes de L’ENFER.