Y él, mientras tanto, me miraba fijamente. Corrientes de humo le escondían tímidamente en el portal. Fumaba despreocupado, se rascaba la cabeza y sonreía, aún sin saber si lo hacía para mi. Me sorprendí preguntándome como sería su cuerpo desnudo. Empezaba a faltarme la respiración. Instintívamente apagó el cigarro en el suelo y yo creí morir bajo el peso de sus botas. El mundo temblaba lentamente, miedo y deseo luchaban en mi mente, pero mi corazón no conseguía coger el ritmo. Dejé de tener sensibilidad en las manos, mis labios proyectaban destellos rojos, los ojos perdieron la profundidad, las piernas fallaron y suspiré. ¿Eran éstas las consecuencias del amor?.
Él avanzaba a paso firme…
Excelente