Tony Ward nunca me deja indiferente. Pasan los años (tantos que el affaire Madonna parece ya un mero recuerdo) y sigue siendo un modelo de referencia. Elegante y descarado, guapo y feo, sensible y bestia, camaleónico e inconfundible, profesional y anárquico, vestido y desnudo. Esta vez, me quedo con la editorial de Schön, que incluye, como véis un integral como Dios manda, no esas cosas del Interviu…
Alguien debería hacer un reportaje fotográfico subido de tono con Tony y Vincent Gallo juntos.
Si le unes a Vincent Cassel, se lo hago yo mismo a las tres!