Entre la selección de grandes clásicos del horror con los que hemos podido disfrutar estos días de retiro, constricción y espeluznante pavor, no podía faltar Ingrid Pitt, musa entre las musas. Y aunque resulte muy tentador revisitar The Vampire Lovers y Countess Dracula, en esta ocasión optamos por The house that dripped blood, una multitud de historias que termina con la aparición estelar de Ingrid encarnando a una estrella del cine de terror que fuma en una larguísima boquilla. Obra maestra.
Pronto, en el blog, inauguramos sección de la mano de Ingrid.
Nuevos aires confusos se respiran.
eso, que no puede haber un Halloween sin Ingrid Pitt