Se abrieron paso entre una espesa nube de vapor que no les dejaba ni respirar. No sabían muy bien donde se encontraban, pero aquéllo, desde luego, estaba a muchos años luz de su pueblo natal. Se miraron a los ojos y, reprimiendo un grito, les habían cambiado de color. De azul a verde, de marrón a violeta. ¿Qué estaba pasando?. Habían subido en aquella nave espacial, les había garantizado que todo estaba controlado, que en cuestión de segundos iban a llegar a Marte, que era un paseo muy agradable, nada parecido a los primeros viajes espaciales repletos de cables y pastillas. Se acomodaron en sus asientos y pulsaron el botón verde, como de costumbre.
No era la primera vez que visitaban Marte, en los últimos años se había convertido en uno de los destinos turísticos más demandados. La gente estaba ya cansada del misticismo de la Luna, buscaban sensaciones nuevas, aventuras extremas, y desde luego, los resorts sexuales de Marte eran un buen reclamo. Las peculiares condiciones atmosféricas del planeta implicaban una experiencia sexual totalmente desconocida, algo con lo que nunca se hubiera podido soñar en la Tierra.
El problema ahora consistía en averiguar dónde demonios estaban. Decidieron explorar un poco, como en un capítulo de la Dimensión desconocida, esperando encontrar algún nativo pintoresco, unas exuberantes amazonas o robots alienígenas dispuestos a acabar con su vida. ¿Podría ser ésta la aventura que estaban buscando?. ¿Por fin una experiencia que les hiciera escapar de todas las tediosas tareas programadas?.
Poseídos por tanta excitación, no se dieron cuenta que dos enormes cilindros metálicos estaban a punto de estrellarse contra sus cabezas….
Ey hombre confuso… ¿quién no está confuso hoy en día?… gracias por enlazarme, te enlazo, oye, con mucha humildad, que su blog y sus cosas no son cojitrancas…
no nos dejes así!
Jejejeje… Insermini, hijo, estás en todos los lados…
Guau! amo esa ilustración.
me mola mucho el blog, te sigo.
Cris!
Feliz confusión!
Pingback: Marte resort | Somos Chicos